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En Milwaukee se reunían Steve De Shazer, Insoo Kim Berg, Eve Lipchick, Wallace Gingerich, Ellam Nunally, Alex Molnar, Michelle Weiner-Davis, Yvonne Dolan, Terry Trepper entre otros. Inicialmente en la casa de Insoo y su marido Steve. A medida que el grupo fue creciendo, Steve De Shazer e Insoo Kim Berg Fundaron el Brief Family Therapy Center. Como dije anteriormente, se juntaban a atender, a revisar videos y a conversar sobre aquello que funciona en terapia.

Fue dando sentido para ellos que las preguntas que eran más eficientes para el cambio eran aquellas centradas en los recursos de las personas, las que daban cuenta de los intentos de solución exitosos y que apuntaban a futuro. Cuidadosamente se fue creando el modelo de terapia, y se oficializa en 1982, fecha en que se crea el modelo de terapia breve centrado en soluciones.

En la actualidad, entendemos este modelo como uno de intervención dirigida al cambio

Interviene a través del lenguaje, ya que éste nos da cuenta del mundo interior de las personas. Más, el foco importante es cómo el consultante construye los problemas y las soluciones. Allí está dirigida la atención.

Este tipo de intervenciones (usando el lenguaje) requiere delicadeza y cuidado. Por ello usamos el lenguaje del consultante. Sabemos que no tenemos acceso directo a las vivencias de las personas, que éstas nos dan cuenta de ellas a través de palabras, gestos, entonaciones. Más, cuando ellos nos relatan sus historias, somos tocados y evocamos nuestros significados, no los de ellos. Así, si cambiamos una palabra usada por ellos, por otra que a nosotros nos hace sentido, hay una alta probabilidad de que para el consultante no lo haga. Habitamos mundos personales, somos sistemas cerrados al significado. Las palabras son evocadoras de nuestro mundo interior, usando las palabras del consultante trabajamos para él, en su propia construcción de mundo.

Preguntamos en lugar de interpretar. Las preguntas son usadas como intervención. Hacer una pregunta es levantar en la persona espacios de búsqueda de significados interiores. Es nuestro o nuestra consultante quién construye su propia respuesta. Por ello, muchas de nuestras preguntas no son realizadas para “saber algo” o para obtener información. Más bien, tienen sentido de intervención, de promoción del cambio. En el modelo centrado en soluciones se prefiere el generar cambios a través de las preguntas por su mayor eficiencia. La respuesta viene del propio consultante, es construida por éste.

Las preguntas más relevantes están dirigidas a la construcción y descripción detallada de lo que espera el consultante, en un futuro en el que el problema ya esté resuelto. En los momentos iniciales del proceso no es el cómo sino el qué. No es cómo lo va a hacer, sino qué va a estar haciendo, pensando y sintiendo diferente que le dé cuenta del cambio. En esta parte de la conversación el foco está puesto en la construcción de ese futuro, que al momento de estarla realizando ya no es futuro, es presente. Ya es entonces una conversación centrada en soluciones.

En el modelo centrado en soluciones, el objetivo de las preguntas no es tener información, es dar espacio a que el consultante construya espacios diferentes de respuestas y vivencias

Este es un punto extremadamente importante, y vamos a quedarnos acá hasta que hayamos logrado una construcción a futuro. ¿Qué tan a futuro?   Depende…

Del consultante, de su estado actual, del tiempo que ha dado vuelta a su construcción-problema.

Un consultante aturdido por una experiencia o experiencias traumáticas necesita una construcción en un futuro cercano. Mientras mayor sea su estado de trauma o shock o depresión, más cercano debe ser ese futuro. La próxima semana, mañana, esta noche.  Igual ocurre si el problema invade muchos espacios de la vida, como el laboral, el familiar, el social.

Un problema más acotado, que entorpece un espacio de vida más definido, con intentos de soluciones exitosos nos posibilita el desarrollo de una conversación en un futuro más distante.

Sólo una vez realizado este paso, se despliegan las herramientas terapéuticas de conversación que permite tender un puente entre hoy y ese futuro construido. Ellas son las Preguntas de escala. ¿Qué es necesario cambiar para llegar a esa construcción de futuro? ¿qué tenemos ya? ¿qué hemos hecho en nuestro pasado, que haya sido exitoso? Son las conversaciones de los siguientes encuentros. Se introducen los números: en una escala de 10 a 0 en el que 10 es… y 0 es… ¿en qué punto te encuentras hoy? El número, digital, secuencial, representa un orden. Puede decir qué tan cerca estoy de algo, cuántos pasos debo andar. Más, además representan historias. Como dijo Steve De Shazer en un conocido paper “making numbers talk” (hacer que los números hablen) Y en una mezcla entre el lenguaje, las preguntas y los números, las historias que nos interesan son historias de cambio. ¿Cómo hiciste para avanzar de 2 a 4? ¿qué tan cerca has estado del 10? ¿cuándo y cómo fue? ¿qué características tuyas te permitieron llegar tan cerca?   La escala traza el camino y los recursos y experiencias exitosas pasadas dicen el cómo se avanza.

¿qué es entonces la terapia centrada en soluciones? Conversaciones para la construcción de soluciones, hecha a medida de una persona, de su vivencia y mundo, usando un método probado por el estudio de evidencias.  Para ello se habla en el lenguaje del consultante, se usan preguntas para abrir posibilidades de construcción de historias alternativas y confiamos en que todas las personas tienen las herramientas para habitar ese mundo “no problema”. Es un modelo esperanzador, que trabaja la esperanza del terapeuta para que ésta pueda transmitirla al consultante. No confunda, no es hablar de la esperanza, es “transmitirla” a través de nuestra propia vibración.

María Amelia Barrera. Psicóloga. Certificada internacionalmente en Terapia Centrada en Soluciones.